lunes, 13 de mayo de 2019

NOS VEMOS AYER



   Llegó Quintina a romper los huevos. Justo el Domingo de Pascuas, trajo un huevo para cada uno de mis cuatro hijos y dos para Marco y yo.  
—Bruno, ahora me los devuelven, porque me gusta romperlos a mí, yo los hice y los rompo.
   Pidió un vaso de whisky y los partió, resultaron huevos de gallina, pintados con acrílico marrón. Se quedó con el contenido, les agregó wkisky y dijo: 
—Chicos, es lo mejor para la resaca de la noche anterior, las cáscaras son para Uds, que ya se les ocurrirá qué hacer con ellas.
   Los chicos huyeron y nosotros, con ganas de seguirlos, nos quedamos. —Los niños no me dieron ni un beso, ni gracias, mejor, odio los chicos. Es raro, porque con los grandes me ocurre lo contrario.
   Tenía mucha prisa y más huevos en una canasta. El stress nos dio sueño y fuimos a dormir. Relajé el cuerpo y el mundo dejó de existir. Soñé cuando éramos chicas y Quintina robaba huevos de Pascua en Bonafide, yo le ayudaba. Los poníamos en los bolsillos grandes de mi sobretodo. Como estrategia salíamos llorando y gritando: —Mamá, compranos! Uno chiquito aunque sea.
   Así todos pensaban que nuestra Madre era avara y cruel. Llegábamos a la esquina y Quintina me agarraba del sobretodo. —Dame mis huevos.-Yo le daba todos y me quedaba con uno.- Ése que te dejaste también, fue mi idea, todos los huevos son míos.
   Soy sonámbula, seguía soñando mientras caminaba hasta el living. Marco pasaba un brazo por la espalda de ella. —Entendeme, es mi mujer, tenemos cuatro hijos, no me puedo separar y aunque así fuera, sos su mejor amiga, ocurrió una sola vez y porque me saturaste de whisky.
   Quintina se hacía la que se resbalaba hacia el piso. —Basta, loca, andá a tu casa y dormite. Cuando tenga ganas te llamo y arreglamos. Vos no me llames, si querés ser mi fucking amante, será cuando yo quiera, o tu amiguita tenga jaqueca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario