martes, 20 de julio de 2021

OTRAS FORMAS DE AMAR

    Se llamaba Facundo, después le decían Facu, más tarde Fa. Tenía una Novia que lo bautizó Efe. Efe de felicidad, seguro. Los amigos recuperaron el Facundo, porque Facu les recordaba la Facultad.

   Quiso vivir con su Novia, lo enamoró que fuera leve. Sentía fascinación por la levedad. Caminaban la vida alegremente. Nunca se tocaron, sólo las tormentas y los vientos acariciaban los pelos de sus cuerpos y se conectaban. Nunca hacían el amor, pensaban que era mejor así. Sus almas y sus corazones estaban tan unidos que les permitían construir ideas nuevas.

   En la casa no había muebles, para que pudieran circular esas ideas, sin chocarse con mesas y camas. Dejaban abiertas las ventanas. La vista de cipreses cubiertos de nieve los asombraba. Un día se acostaron en la alfombra e hicieron el amor y se besaron, por primera vez se penetraron. Y aquella magia terminó por separarlos. Se arrojaron por una ventana cada uno y volaron hasta la punta de los cipreses nevados. Se tomaron de las manos y siguieron volando juntos. Con mucha levedad, siempre con mucha levedad.

   Hasta sus muertes, los hicieron comprender que el cielo los esperaba sinceramente. 

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