─Hijo lindo y bueno, tengo que darte una
mala noticia, tu Madre me abandonó.
─Padre, ¿qué me estás diciendo?, por favor,
si siempre se llevaron tan bien, ni discusiones ni gritos, tenían los mismos
gustos, me hicieron muy feliz.
─Todo empezó cuando fuiste a vivir con tu
Novia.
─¿Vas a decir que la culpa es mía?
─No, Hijo, por favor, sos casi un hombre,
pero el síndrome del nido vacío, no lo pudo soportar. Se fue con otro, quiere
el divorcio. Lo más terrible te lo cuento después.
─No!, decímelo ahora.
─Siempre le gustaron los pendejos, te lo
digo de una, está conviviendo con tu mejor amigo. Se llevan una punta de años,
pero eso no los detuvo.
El Hijo se puso a llorar.
─No, Papá, parece una pesadilla.
─Falta la segunda parte, al quedarme solo,
me enamoré de una chica divina, la tenés que conocer, se llama Karina Korilki.
─Estás totalmente loco, ¿cómo pudiste
hacerme esto?
─Hijo, yo no te hice nada.
─Papá, la chica que nombraste es mi Novia.
Si no fueras mi viejo te mataba.
─Bueno, querido, la vida tiene que
continuar. Te cuento algo alegre, vamos a hacer una fiesta sorprendente, por
supuesto que desde ya, estás invitado.

No hay comentarios:
Publicar un comentario