El niño bueno y lindo preguntó:
─Mami, ¿por qué estás tan así?
─Me tengo que encontrar con una persona que
hace añares que no veo. Fue mi primer novio. No le cuentes a papi, porque se va
a enojar mucho.
─¿Le vas a mentir? Es un hombre tan bueno y
tan lindo, que no merece que le ocultes tu pecado.
─Para que te quedes tranquilo, cuando vuelva
le digo todo. Él sabe que debe ser una de mis mentiras y se va a reír.
─Mami, no creo que se ría. Yo en su lugar te
mato. No es que te vayas a morir, pero unos palazos vas a ligar, como cuando
traigo cero de la escuela. Y vos me tirás de los pelos y tengo que ir a mi
dormitorio a estudiar. Como mis clases son día por medio, los demás días vos me
vas a enseñar. Debo reconocer que explicás mucho mejor que la seño. Volviendo a
tu primer novio, ¿por qué salen juntos?
─Niño, bueno y lindo, son cosas de adultos.
Cuando tengas trece años más, juro contarte.
─Lo que hacen los adultos se llama
adulterio. Si no, buscalo en el celu. Vos salís con tu primer novio y papi está
saliendo con su primera novia.
─Pero qué miserable, ¿cómo no me va a decir?
─¿Querés saber mi opinión?, ustedes que se
pelearon toda la vida, ahora los noto más tranquilos, aunque ni se saluden. Mami,
estás más linda y papi más buen mozo. Bueno, basta de palabras. Me contó mi
amiguita de al lado, que sus padres hacen lo mismo que ustedes. Pero yo no voy
a ser así, nos casaremos y seremos fieles.
─¿Y por qué me voy a casar con vos? ¿Y si me
gusta otro chico? Yo no me lo voy a perder.
─Tenés razón, a mí no me gustaría ser
cornudo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario