Tengo frío porque hace frío y esta camperita
me queda chica, abajo tengo una camiseta de cuando tenía tres años. Lo estuve
pensando, les voy a reclamar mi casa. Ellos viven ahí desde antes de nacer yo.
Mami y Papi se querían, con respeto a mí
tengo mis dudas si me querían o fui una casualidad sin importancia. Llegué y
golpié bien fuerte, el timbre no andaba, además yo no llegaba, me faltaría
tener cinco centímetros más. Si me paro en la punta de los pieces, tampoco
puedo. O yo soy un enano o el timbre está muy alto. Abrieron la puerta y se
sorprendieron, me levantó del suelo mi Papi, Mami nos abrazó a los dos, quedé
sin aire, casi me mataron.
Fui derechito al trauma o al tema, no estoy
seguro, y se los dije:
─Tengo ganas de vivir solo en esta casa,
preferiría que fueran a vivir con alguien, vos Mami te podés ir con el
Masajista y Papi con la divina que habla por el celu en el baño. Les voy a
preparar sus maletas para que lleven todo su ropero. Los ahorros escondidos no,
porque los voy a necesitar.
Mis Papi quedaron anudados, dijí mal,
anonadados es, me parece.
─¡Váyanse de una vez¡ Después si quieren,
mandenmen su dirección. A lo mejor los visito, pero casi seguro que no.
Me quedé en plano estado confusional, en la
heladera había una sopa vieja y cuatro sanguchitos de miga que habían quedado
de mi cumpleaños de hace tres meses. Me comí todo, tenía tanto hambre que no
prendí la hornalla para calentar la sopa. Igual no sé prender una hornalla,
tampoco sé con qué se prende.
Me fui a dormir a la cama de mis Padres, mucho más cómoda que la mía. Tenía olor a ellos, así que puse sábanas limpias que me llevaron dos horas de acomodación. Les eché perfume de bebé y más que dormirme me desmayé.
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