—Te traen un
café inmundo, en microtaza, frío, un dedal de agua de la canilla y se retiran
diciendo “Que lo disfrute”. Eso lo dicen con el automático puesto en la función
mesero. Es el único placer, que vengo viendo que ni un placer es. Era mi única
distracción.
—¿Vos sabés que
tenés razón? Claro, tenés la ventaja del diario local y el del País de Buenos
Aires, de lunes a domingo las noticias parecen o son fotocopias. Creo que con
un diario por semana, sería suficiente. O sin diario, total a la gente no se le
modifica nada y al Gobierno tampoco.
Éste es peor que
yo, me deprime, pero me lo banco. Él viene y se sienta frente a mí, cuenta que
está deprimido, siempre igual, yo estoy, él está, nosotros estamos. “Hay que
tener paciencia”. “Este País no cambia más”. “Todos los Gobiernos son iguales”.
“Habría que matarlos a todos”.
Me deliré dentro
de mi cabeza. Estaba en mi amigo deprimido tomando café frente a mí y cuenta:
—Estoy
deprimido, hasta lo más profundo. ¿Vos qué pensás?
Parece que
estuviera esperando que se lo diga. A veces hay que darle el gusto a los otros.
—Yo lo que
pienso es que lo mejor que podés hacer, es matarte.
Me siento
culpable, yo también tengo depre, pero convivo con ella, después viene el
stand-up.
No va que el
tipo me hizo caso, se mató. No se ahorcó, ni se pegó un tiro, ni tomó
pastillas, no señor. Se tiró al pantano, que acá le dicen Dique. No, el tipo
además de depresivo era un asqueroso.
Y bueno…“Que lo disfrute.”
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