Hoy hubo
manifestaciones en toda la República Miseria.
Carteles, bombos
y bombas de estruendo. Los policías que rodeaban Ministerios, Bancos, Escuelas
y Prostíbulos para proteger los edificios, dejaron sus puestos y se unieron a
marchas y protestas. Los sueldos de nadie alcanzaban para nada. Las Vísperas Navideñas
no trajeron bonhomía, era tanto el odio de no poder comprar regalos ni para los
niños, que hasta los niños se unieron en un sólo grito —¡Por culpa de las
autoridades, Papá Noel no pasará por aquí!
Los responsables
enriquecidos con bolsillo ajeno, se escondieron en sus quintas escondidas.
Tomaban Champán Pomeraña y brindaban por cualquier grosería escatoilógica. Las
flías salían a la calle en piyama, camisón y chancletas. No podían dejar pasar
un minuto más, columnas y columnas de personas se plegaron a las protestas.
Viendo que no
eran escuchados se optó naturalmente, buscar caminos alternativos. Mientras los
Irresponsables seguían entre el salmón ahumado y las risotadas se produjo un
silencio inexplicable. Los Kakos durmieron roncando. Sonidos sin sonidos
rodearon los predios diabólicos y cerraron círculos de cientos, rodeados de
círculos de miles, que más tarde fueron millones. Los ladrones dormidos, se
hundieron en la tierra, cientos de miles de millones pisotearon sus cuerpos,
confundidos en granitos de humus. Fertilizaron campos y ciudades. La muerte de
los Latrocidas contaminó los ríos, los suelos y el aire.
La República
Miseria, no figuró más en ningún mapa. Desapareció. Los Colegios extranjeros
estaban chochos, un lugar menos para estudiar. Repúblicas e Islas del mundo
entero, con los ahorros robados por los Pérfidos Argentos, enriquecieron su
P.B.I. , F.G.H.I.J.L.M.N.
—Chicos,
chicos, no me lloren, el cuento era para que sueñen con los Angelitos. 
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