lunes, 23 de julio de 2018

CALA



   Ella tomaba notas y grababa en los baños. Chupaba whisky y escribía las tonteras de las reuniones comerciales. En la última, aumentó la ingesta alcohólica, subió a la mesa oval y habló: 
—Creo que esta última selección de publicidades, debe terminar con la idea del traste alto, los pechos grandes y las caras de muñecas sin edad…
   Su Jefe la bajó de la mesa: —Vos sos el personal silencioso, tomás las notas y ahí terminás. ¿Entendés, Cala?
   Ella asintió y fue a los baños, con un grabador nuevo, que grababa hasta los latidos del corazón. De un retrete al otro, dos inversores, hablaban:
 —Esa tal Cala, dijo algo interesante que me gustaría seguir escuchando, aporta a la campaña.
   El Socio de al lado, mostró entusiasmo: —¿Y su Jefe aceptará?
   Se escuchó ruido de papel higiénico estrujado. 
—Aquí nuestros deseos son órdenes, él debe obediencia.
   Cala regresó a la sala de negociación, obviando al Jefe, el primer inversor le pidió que expandiera sus ideas, para no generar asperezas, dijo que una opinión femenina, nunca estaba de más.
   Con la autoestima en alto, Cala expresó: 
—Pienso en una mujer cubierta, sin insinuar seducción. Un ser pensante, sugiriendo el producto más eficiente del mercado. Europa gana compradores con mujeres austeras, cuyo objetivo es el resultado del kit completo. Las variables de un sólo elemento, se comprobó que no cumplen lo deseado. ¿Qué quiere la mujer? Que brille. Podemos apostar con márgenes altos, si en Europa se agota la oferta, en Latinoamérica fluye y está la oportunidad de venderles nosotros a ellos. Primer Mundo, Tercer Mundo, Cuarto Mundo, son falacias, invención de los países Primermundistas, para desalentar nuestro propio desarrollo. Debemos y podemos ocupar el primer puesto. Los Ministerios de Relaciones Exteriores, se dejan, serán reemplazados por Embajadores convincentes y respetuosos.
   —Ud, Srta Cala, sigue extralimitando su injerencia.
   Cala miró por encima de su cabecita negra: —Si la sala no acredita mis ideas, yo renuncio. Dejo mi libreta de notas y el grabador oportuno, por si alguno olvida como es frecuente, mi trabajo de una década. Buenas tardes, cuiden que no sea demasiado tarde.
   Escucharon sus tacos caminado hacia afuera. Y murieron por aquel trasero bamboleante.

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