domingo, 29 de julio de 2018

LA OTRA VIDA



   Todos los días me levanto con la pesadilla puesta, si es un amigo o familiar, le hablo por teléfono, casi sin despertar, para saber si están vivos. —¿Cómo te vas a poner así? ¡Me alargaste la vida!
   —Sí, pero yo me banco cuatro velorios inesperados en una noche.
   Esta última semana se me murió mucha gente. Pensé que la semana entrante cambiaba, pero soñaba que no encontraba mi cartera en ninguna parte, con la cédula, todo el dinero hasta fin de mes, el carnet de osde, los teléfonos de mi familia. Nadie me ayudaba y hasta les veía un goce por mi angustia.
   —No seas tan materialista.-Me decía mi mejor amiga-.
   Días salteados, pesadillas donde me hacían una cirugía de cara en la peluquería. Con antelación pedía que fuera sin métodos agresivos, ningún corte. Entre cuatro estiraban mi cara como tendiendo una cama deshecha y me hacían un prolijo repulgue de empanada, rodeando la cara. Me acercaban un espejo de aumento y dentro del sueño, me desmayaba, tenía ojos orientales bizcos, nariz casi plana. Mi boca llegaba a las orejas, con una sonrisa eterna. Dormida despertaba a mi marido, le pegaba trompadas para que se despierte, lo lograba, me miraba con ojos entornados, yo le contaba y él: —Estás divina, Negra, hermosa y no me jodas más, porque te como el repulgue.
   A las 8 hs, por celular, mi hijo preguntaba cómo me bautizaba papi hoy.
   —Vieja gorda y pelada.
   Escuchaba sus risas y le cortaba. Al día siguiente llamaba más tarde: —¿Y hoy, cómo te llama?
   —Gorda panzona.-Hablaba con micrófono abierto, sus amigos escuchaban todo, menos mal que el negocio está siempre vacío-.
   Sus amigos, si escuchan, me nefrega.
   —¿Y hoy mami, cómo te llama papi?
   —Cocodrilo gritón, basta pendejo, vamos a ver cómo te dirá a vos tu mujer, cuando seas un viejo choto.
   Ahora, por suerte tengo resarcimientos, me acuesto con tipos distintos, que mueren por mis tetas, la única pálida de esos sueños maravillosos,  es que no puedo tener orgasmos, porque me despierto y bien despierta.
   Hay unas pastillas que te dormís de una, voy a tomar tres, quedaré estúpida 48 hs, pero no voy a recordar ningún sueño…
   ¿Y después? Después es ahora. Desconecto el fijo y el celular.

No hay comentarios:

Publicar un comentario