sábado, 7 de julio de 2018

UNA CANA AL AIRE



   —Pochito!, estás hecho un pibe.
   —Ojalá fuera cierto, pero me presenté para un cargo de Gobierno y por sugerencia de Choli, ¿te acordás de Choli?
   —Inolvidable tu mujer, adivino que te mandó unos touches de botox.
   (Silencio nostálgico). —¿Y vos, cómo vas, Tincho?
   —Yo, todo bien, como dicen todos, ando en bicicleta, vendí el auto, me separé, los chicos están desparramados en el Mundo, ni sé dónde están, excepto el Jose, que piensa que mi casa es suya y hace fiestas tan abominables, que me pide que duerma en lo de mi vieja. En breve se irá como los otros.
   (Hubo un silencio, para comer ese relato). 
—Contame lo del cargo de Gobierno, que es más divertido que mi historia, Pochito.
   —No creas, mi vida es insalubre, empezando por Choli que vive comprando con una colección de tarjetas, que pago yo. Tincho, no sabés lo que es este Gobierno, para el cargo que quiero, tendría que ser un mafioso. No está todo perdido. Tengo un casi amigo, mitad mafia, mitad persona. No tenemos hijos, quise adoptar un tucumano y mi mujer casi me mata, sólo por la idea, correrse del centro de mi horizonte le produce vértigo y hacerse cargo de alguien “desconocido”, así le llama a un chiquito adoptado, “desconocido”, la mataría. Te digo que más de una vez pienso por qué no se muere.
   Tincho soltaba el manubrio y le palmeaba la espalda.
   —Qué te parece si un día rompemos el empapelado que nos tapa y vamos a emborracharnos a un lugar de coperas y minas que parece que te franelean a vos, pero en realidad es a una barra.
   —Tincho, siempre tuviste imaginación para las acciones bizarras, pero ésta me hace tan feliz, que quiero que lo hagamos esta noche.
   —Sabés que me viene fenómeno esta noche. El Jose hace una fiesta abominable. Esta vez me borro divertido y me salvo de mi vieja. Paso por tu casa con un remisse y te espero en la esquina. Sé puntual, porque estos guachos no apagan el reloj, viste cómo es…

No hay comentarios:

Publicar un comentario