…“Los abortos, a
partir del día de la fecha, serán realizados por los Senadores”…
—¿Te parece que
los harán bien?
Trini dijo
dudando: —Y mirá, si son ladrones de guante negro, es un riesgo. Me quedo con
la vieja que me hizo cinco, con un Anestesista Practicante y ella con mano
bendita, concluyó mi legrado sin yo perder una sola gota de sangre. No me cobró
nada, era Tía de una amiga. ¿Por qué hiciste esa pregunta Moni, estás
embarazada?
—El turro se
rajó y no me dio un mango, no sé adónde ir, ¿qué hago?
Trini pensó en
sus ahorros y en la Tía generosa, le contaría dónde vive Moni, alguna rebaja le
haría.
Moni sintió
premura, su Madre presentía y le preguntó por qué andaba con náuseas. Casi le
cuenta. Frenó a tiempo. Decidió ir a cualquier lugar. Le dieron un turno a las
tres de la tarde. Ella, dos y media se presentó.
—Mirá piba, si
te dije a las tres, no te me aparezcas antes, pasá, pero yo ni lavé la cocina.
Algo siempre hay que esterilizar. Tiene que venir mi sobrina para la anestesia.
No llores, eso hay que pensarlo antes. Ahora acostate en la mesa larga.
Moni escuchó a
la sobrina que hablaba bajo con la mujer.
—¿Vo está segura
que e mayor de edá, mira que yo no quiero quilombo. ¿A ver, nena? Tiene venas
grande, por suerte. ¿Se la pongo ahora?
La mujer
contestó. —Sí, dale, que a las cuatro y media viene otra.
Moni no sintió
más nada, recuperó la conciencia en un catre con una colcha de manchas dudosas.
Antes del desmayo vio el catre inundado de sangre. La dejaron en la puerta del Hospital
y se fueron.
Le dijeron a la Madre que le habían hecho un aborto,
personas sin experiencia.
—Ahora que siga
Élida, yo no puedo.
La Madre no
entendía nada, cuando el Médico le informó que el legrado le produjo una
infección generalizada. Moni murió, la Enfermera Élida la abrazaba. —Mirá, mi
amor, acá hay muchos culpables, las mujeres que carecían de asepsia, el Estado,
la Iglesia y todos los que votaron en contra de la Ley.
Aparece Trini
sacada de sí: —Voy a hacer la denuncia en la Policía y entro clandestina al
Senado.
Mi micrófono de
karaoke le pondrá letra a la muerte de Moni. La ligereza de sus ambiciones está
cargada de asesinatos ignorados, que ahora serán realizados por Uds, algo huele
mal en Argentina.
Se siente, se siente, el pueblo está caliente.
¿Apagarán con
sangre las fogatas?

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