—Son tres
pacientes por mes.
Esta mina está
más loca que sus pacientes.
—No soy Psicóloga, Abigail, es antiético, el hecho
de analizarme toda mi vida, no me habilita.
Abi le clavó los
ojos. —Un paciente de mucho tiempo, es casi un Psi, la sesión te la pagan a
vos, unos mangos son, nunca me tomé vacaciones, jamás te pedí un favor…
Zulma tenía
ganas de matarla. —No me ruegues, se te pone cara de vaca vieja. Dejame sus
diagnósticos aproximados y detalles de comportamiento, bueh, vos sabés.
—Te quiero,
Zuli.
Zuli le dio con
el diario en la cabeza. —A veces lo dudo. Un mes sólo, un mes y no me jodas.
El primero es
puntual, fóbico exasperante, voy a actuar que sé lo que no sé.
—Señor, no tiene
que venir dos veces por semana, no mejorará su situación por la frecuencia, nos
vemos, en dos semanas.
—Adelante.
—Yo soy el caso
dos, me enamoré de la Psi, que no es Ud., es la anterior. Siento el abandono de
mi amante, grande es mi desencanto. Campeona olímpica en las lides del amor. ¿Cómo
no fue conmigo de vacaciones? No me diga nada, soy su plan B, no para Ud, para
ella. No creo que encuentre otro como yo, que se deje fustigar, pinchar con
agujas de tejer, tirarse del ropero y embocarla. Nos vemos cuando ella vuelva.
No se ofenda, pero seguiré en la cama mirando el techo.
Llegó la que
viene cuando quiere.
—Pase por favor.
—¿Por qué me
dice “por favor”, Ud que ni la conozco? Conteste ya!
—Mire Srta caso
3.
—¿Por qué me
dice caso 3? ¿Soy la última?
—Y por una
cuestión de edad, es así.
—¿Ud, Dra piensa
que entré en la tercera edad?
—Sí mi querida, nos
vemos en la próxima, si sigue en la recta de la vida.
Abi no tiene
piedad, cómo me va a dejar estos engendros a cargo. Ninguno me pagó, creyeron
que la atención era gratis.
Sigo atendiendo
mi consultorio, tengo una buena cartera de pacientes, gracias a los treinta
años que me analicé con ella. Encima la turra usa esta pobre gente, para
confundirla más de lo que está, los vuelve locos para que no se le borren.
Cuando vuelva, la muy infame, seguro que quiere contactarse conmigo, me haré
negar un tiempo, dos meses y después la busco, la abrazo y le digo que es irreemplazable.

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