viernes, 2 de septiembre de 2022

A OJOS CERRADOS

 

   Estoy enervioso:

   ─Mami, quiero saber qué me van a regalar para mi cumpleaños.

   ─Niño lindo y bueno, tenés que tener paciencia.

   ─Sí, voy a tener la misma paciencia que vos tenés con papi, cuando llega tarde y lo reputeás, te tirás de los pelos y te encerrás en el dormitorio.

   ─Yo jamás digo malas palabras.

   ─Es mentira, te escucho cuando las decís y parecés fea y mala, te lo digo porque papi últimamente, duerme conmigo. Están separados aunque vivan juntos. Igual me gusta, porque me cuenta cuentos que terminan bien. Antes que termine yo me duermo.

   ─¡Por fin llegó tu cumple! Tenés muchos regalos, llegan hasta el techo. Vas a cerrar los ojos y vas a elegir.

   Me molestó cerrar los ojos, otros hacen trampa y parece que no ven, pero ven. Yo no.

   El primer regalo lo tanteé y era el más grande. Cuando lo abrí con sonrisa, no lo pude creer. Mis comisuras se fueron para abajo. Había un pijama con ositos, el uniforme del año que viene, zapatos de viejo y alpargatas desteñidas.

   ─¿A quién se le ocurrió este regalo? ─dije con ceño fruncido.

   ─Los compraron entre tus abuelos, tus tíos, papi y yo.

   Abrí otra caja, contenía muñecos astronautas, apretando un botón tiraban balas de juguete. Volaban y se daban órdenes con voz de radio. Tenían luces que llenaban el techo y las paredes con estrellas de todos los colores.

   ─¿Quién me hizo este regalo?

   ─Tu amiguita de al lado, sus padres están furiosos por gastarse todos sus ahorros en vos.

   Esa noche dormí con mis regalos, esa vez mi papi no vino conmigo. No hubiera cabido.

   El mejor regalo para mí, fue que a mami y papi que recontra reconciliaron. Por los ruidos que hacía su cama, me di cuenta y los aullidos de mami.  

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