domingo, 4 de septiembre de 2022

OSLO

 

   ─Recordá que tu personaje es de un labrador tan humilde, despojado hasta de su rancho. Deprimido y sin trabajo consiguió una familia muy adinerada que lo contrató gustoso. Hubo algo inesperado, la hermana más grande de la familia se enamoró del labrador. Vos sos tan haragán que ni leíste la obra, ¿sabés tu letra?, ¿y la de tus compañeros también?

  ─Por favor, no me suprima como actor, es lo único que tengo. Mi personaje lo comprendo, también entiendo la relación con la hija del patrón. Yo trabajé en el campo y sé perfectamente lo que es vivir sin mujer.

   ─Hay algo de soberbia en ese gesto y te vas a avergonzar. No te quiero como actor en esta obra, ni en ninguna.

   ─No se preocupe, tengo cientos de ofertas que tuve que rechazar, porque como mi mujer es rica, quiere conocer Oslo, el único lugar donde no existen los tilingos como usted. Y como despedida le digo, que usted es un fracasado. Y no creo que cambie.

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