lunes, 19 de septiembre de 2022

COSA NOSTRA

 

   Gertrudis se presentó al Instituto de Subsidios, para los  Ex­Clasemedia. Tras larga espera, de extensa cola, llegó al escritorio, con un hombre de hablar y mirar robótico. Ella relató sus desgracias y carencias, preguntó si le podrían dar una pensión. El robot le contestó que iban a ver qué podían hacer. Cuando Gertrudis se puso a llorar, llamó a su jefe. La cola lo iba comprimiendo, con esa mujer varada.

   Llegó el jefe, tomó del brazo a Gertrudis y la condujo a la oficina. Ella, volvió a su relato y a su pedido. El jefe, le contestó que iban a ver qué podían hacer. A Gertrudis le parecía el cuento de la buena pipa. Tuvo mareos y el jefe la hizo recostar en un sillón y llamó al gabinete “psicorobo y adaptación”.

   El psi, le tomó la mano, Gertrudis sintió un pescado, en la palma de su mano y una voz de tiburón con resaca, que se deslizó en sus oídos, diciendo que iban a ver qué podían hacer.

   Gertrudis escuchó :

   —Bien, estamos bien Gertrudis, lo único que ya se habían acostumbrado a ser Clasemedia, pero claro, “Uds.” se habían acostumbrado, o sea que es culpa de Uds. Acá le sello y firmo el bonito, entréguelo a la salida, es para reciclarlo.

   Gertrudis caminaba temblando de hambre e impotencia. Cuando se iba, le regalaron un sánguche de chorizo y una escarapela.

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