martes, 14 de febrero de 2017

HACELO POR MÍ


   Hoy debía presentarse en la casa de Jael. Imaginó la escena y no le gustó su personaje. Los padres arreglaron que debían conocerse y luego debían, lo que hace la gente supuestamente normal.
   León fue conducido a una sala austera, con toda timidez, Jael, apareció vestida de misal. Él la miró con desdén. —Vas a misa, estás de luto, se murió el gato…                                   
   Jael sorteó el mal chiste —¿Querés una taza de té?
   Él saltó levitando y a los gritos —Detesto el té, me recuerda al jugo de estropóleo, membranas isabelinas, jugo de ojo chino. Me da asco y náuseas.
   —Bueno, ya mismo te preparan café ¿Lo querés dulce o amargo?
   Contestó —Amargo y recién molido. Para el café, elixir de los que lo tomamos, se debe echar primero el café y luego el agua, un equilibrio perfecto, si luego se licúa todo junto y se vierte con levedad insoportable.
   Jael, hasta ese momento mantuvo su cordura, se le desmadró.
   —¿Pero vos quién te pensás que sos? Yo me visto de negro porque me gusta, no estoy de luto. Lo que sí es cierto es que murió mi gato. Sin consultar a mis padres, ni a la anuencia Taoísta, decidí no casarme con vos ¡Enano capitalista y burgués! ¡Go home!
   Subió a contarle a su padre, que debía estar expectante. Escuchó sus pasos y preguntó —¿Qué tal? ¿Pasó algo, querida?
   Le dijo —Era un hombre desagradable, adicto al café e irrespetuoso con los atuendos ajenos…y barbaridades imposibles. Lo eché, acá no entra más.
   El padre la miraba con los ojos abiertos como lunas llenas y cuando venía la bofetada Jael corrió de un lugar a otro, el padre la perseguía mientras de su boca salían sapos y culebras. Jael salió de la casa y se escondió en el jardín, cuando el corazón le llegó a la cabeza cayó en el pasto y pensó, dos Castillos en Europa, un Petit Hotel en Bs As., un Astillero en Grecia, tres aviones, dos islas que llevan su nombre en medio del Atlántico y más. Son burgueses capitalmafiocráticos.
   Lo que no entendía era lo de su padre. ¿Valía tanto el candidato, para hacer semejante alaraca?
   De allá lo escuchó, insultaba al mundo y la siguió buscando. Jael, escondida, seguía sin entender a su padre.
                                                    

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