Esas preguntas
que nos hace la vida, —¿Hoy lloverá o no lloverá? Él, ¿vendrá o no vendrá?, ¿Me
visto de verano o de invierno?¿Vamos en auto o a pie? ¿Compro bananas o
cacahuates? Son interrogantes tan profundos como una copa vacía. Equivalen a
nada, nos deja con flotador incorporado para que la realidad, sea una ficción
que nos atonte. Ud, el tercero, apague ese celular, esto es una clase que les
doy, para que muevan las neuronas, Ud recibe un mensajito. “¿Qué hago con los
chicos? ¿Los meto en lo de tu vieja o te los llevo a la Escuela?”
—Ud lee eso que
le ocupa la cabeza y lo saca de la clase. Le voy a hacer una pregunta, no
necesita libro, ¿Por qué es importante un ser humano?
El alumno piensa
cinco minutos y levantando los hombros dice que no sabe.
—¿Sabe por qué
responde así? Porque para Ud, como casi todos los de su edad, el ser humano no
existe. No quiero entrometerme en lo privado de su vida, permita este ejemplo.
Una respuesta eficaz, habría sido apagar el celular. Pero como carece de
eficacia. Usted contesta: “A los chicos metelos en una bolsa de residuos, los
dejás en Recolección y vos matate” vi lo que escribiste, lo leí y me diste
lástima, tirás tus hijos a la basura, a tu mujer la incitás al suicidio. Sos
una semilla que viene desarrollando…
—Bueno ¡Basta
Profesora! Me parece que tiene unas telarañas en el mate. Nos subestima, nos
ofende, nos acusa ¿Y Ud quién mierda es? A ver cuente, a ver si se toma una
copa y se interroga ¿Somos seres humanos? ¿Para Ud somos importantes? No le
importamos, se nota.
La profesora
juntó sus carpetas y mirándonos a todos —Uds son unos negros de mierda, que no
merecen que les enseñe un carajo, son pobres porque quieren.
Las palabras de
la xenófoba, fueron apagadas por treinta adolescentes golpeando una docente que
ya ni respiraba.
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