—Son tiempos
tranquilos, los años tienen esos sonidos y son bellas las reposeras y dulce
descansar el entresueño. La ansiedad torrencial de la juventud se transforma en
laxo-sedentario. La indignación toma una distancia que nos afecta con la serenidad,
un entrenamiento para lo que queda.
—Maritiro ¿Qué
es lo que queda, para Ud?
—La muerte, Dra,
no hay otra cosa, que tenga yo información.
Se hizo un
silencio prolongado, cinco minutos de sesión. La Dra esperó que la paciente
hable.
—Me fatiga venir
acá. ¿Y si Ud, Dra, es una espía? De hecho lo es, espía la vida de la gente, lo
cuenta en la CIA, en IOMA, o PASME.
—Martirio, sus
desafíos a la vejez, rescatar el descanso, la reposera, laxarse, importante
para empezar el día sin porquerías adentro.
—Ud, Dra, podría
hacer lo mismo, descansar en una hamaca, pensar en la juventud torrencial,
desgracia del mañana. Perdone mi lenguaje hiriente, pero,¿Ud no se dio cuenta
que está más loca que yo?
—Martirio, si no
es como Ud dice, yo no podría estar aquí, donde somos todos locos. Si Ud
probara salir ahora, no podría, está todo cerrado, hay alambre de seguridad de
220 Bates. El Dr viene entre las 11 y las 12hs. Él nos abre. Deja que estemos
un rato al solcito.
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