Me gustaría
desaparecer y que no duela, hasta ahora nadie me garantizó nada, da miedo. Peor
que este lado, no creo. No creo que exista nada peor. De la Tierra me interesan
los jazmines, los gatitos, los libros y mi hijo, no lo puedo dejar, “vivimos
revolcaos en un merengue y en el mismo lodo todos manoseados”. Pero haré
corazón de tripas. No me voy a despedir, nunca me gustaron las despedidas.
Desaparecer de mi marido, le va a venir bien, se dedicará a mirar culitos.
Nunca me molestó, un poco…, en la luna de miel. Después llegó a parecerme algo
que me daba noticias o relataba partidos insufribles. No me interesa nada de la
flia de pirotines, todos igualitos. Ni de amigas: “Te cuento lo mismo, vos cállate”.
La Psicóloga, un
poco, impidió que matara a nadie, pero no me ayudará a desaparecer, porque se
queda sin pacientes. Tienen mala prensa los que se le suicidan pacientes. Se me
ocurre tomar distintos transportes, hasta el fin del mundo, como es redondo
seguro que me encuentro y por cansancio no me quedarán ganas de desaparecer.
Cuando me encuentre, mi flia, todos estarán de acuerdo en un Psiquiátrico,
sobre todo mi nuera.
Encontrarán un
Nosocomio lejano, para no visitarme en la puta vida. Bajé tanto de peso que ni
enfermeros, ni médicos, me encuentran, lo logré, desaparecí.

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