domingo, 4 de febrero de 2018

NI EL AIRE


   Verano es la estación que más le gusta, pero éste, fue un cachetazo, se sentía desmayar. El aire acondicionado le hace doler el pecho, la pileta, hace pie en toda y cuatro brazadas es su máximo. No quiso comprar libros de fin de año, no alcanzaba a pagar los impuestos, el ingreso viró egreso. No hubo vacaciones. Enero y Febrero dieron en el ojo del huracán. Lo que debió cobrarse al gobierno latrocida anterior, lo pagó la gente y el gobierno actual, se sirvió del inocente para cubrir al culpable.
   Los aumentos de la canasta familiar comenzaron a ser imposibles de sobrellevar. El rubro indumentaria quedó sepultado en el sueño que antes daba alegría. La Clase Media dejó de existir en el consumo y dieron curso a la inversión de las tarjetas, hasta para el papel higiénico.
   Esta víctima se llama Dolores, se instaló en una torrecita, propiedad no declarada de su flia. Instaló su compu y una pantalla, de leer, escribir, viajar, pasó a mirar Netflix, Temporadas donde Dolores sumergía los tiempos de la malaria. Ausentó su corazón de parientes corruptos, olvidó que alguna vez estuvo a la venta su persona, para ocupar un cargo indecente.
   Miró cuatro Temporadas diferentes y comió con los ojos virtuales, bobos que deja la tele. Su imaginación la hacía feliz y anoréxica. Siempre quiso ser flaca. Argentina tiene esa cualidad, podés encerrarte y pensar lo que no existe.
                                                                                                               

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