Verano es la
estación que más le gusta, pero éste, fue un cachetazo, se sentía desmayar. El
aire acondicionado le hace doler el pecho, la pileta, hace pie en toda y cuatro
brazadas es su máximo. No quiso comprar libros de fin de año, no alcanzaba a
pagar los impuestos, el ingreso viró egreso. No hubo vacaciones. Enero y Febrero
dieron en el ojo del huracán. Lo que debió cobrarse al gobierno latrocida
anterior, lo pagó la gente y el gobierno actual, se sirvió del inocente para
cubrir al culpable.
Los aumentos de
la canasta familiar comenzaron a ser imposibles de sobrellevar. El rubro
indumentaria quedó sepultado en el sueño que antes daba alegría. La Clase Media
dejó de existir en el consumo y dieron curso a la inversión de las tarjetas,
hasta para el papel higiénico.
Esta víctima se
llama Dolores, se instaló en una torrecita, propiedad no declarada de su flia.
Instaló su compu y una pantalla, de leer, escribir, viajar, pasó a mirar
Netflix, Temporadas donde Dolores sumergía los tiempos de la malaria. Ausentó
su corazón de parientes corruptos, olvidó que alguna vez estuvo a la venta su
persona, para ocupar un cargo indecente.
Miró cuatro
Temporadas diferentes y comió con los ojos virtuales, bobos que deja la tele.
Su imaginación la hacía feliz y anoréxica. Siempre quiso ser flaca. Argentina
tiene esa cualidad, podés encerrarte y pensar lo que no existe.
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