Los miraba
trabajar y le pareció injusto, deberían encontrar otros horizontes. Mandó a los
tres a la Ciudad, para que estudiaran en la “Multi Universidad”, les ofreció
los Profesores más popes. Cada uno elegiría su Carrera, él simplemente los
becaba.
Don Acevedo
reunió a los tres y les dijo que prepararan sus petates para llegar a tiempo a
sus inscripciones.
—¿Y qué Carrera
quiere usted que elijamos?—preguntaron los tres.
Don Acevedo les
respondió:
—Las que ustedes
quieran estarán bien, para mí sería una alegría.
Lu siempre supo
que deseaba aprender Ingeniería Informática. Uno de los ex-peones eligió
Veterinaria y el otro Agronomía. Los tres se recibieron en tiempo y forma, a
pesar de la discriminación de sus compañeros. Invitaron a Don Acevedo para
asistir a la entrega de su respectivos Diplomas.
Él aceptó
gustoso, lo emocionó tanto que se le cayeron lágrimas mientras los felicitaba.
Pensaba que no los vería más. Se equivocó, aparecieron los tres:
—Don Acevedo,
todos estamos ansiosos de trabajar en sus campos, pero de otro modo.
Querían aplicar
sus conocimientos. Don Acevedo les preparó una fiesta con mozos y bocadillos exquisitos,
luego bailaron por toda la casa. Lu, con decisión le preguntó si quería tomarla
como esposa:
—Soy Señorita,
por fin. Ahora tengo cuatro años más y usted no me parece tan viejo como para
negarse.
Lu se casó
vestida de Caperucita Roja. Los demás asistieron con smoking y moña negra.
Pasaron su luna de miel en la casa del Tata de Lu. El Tata les ofreció su
propia casa para estar solos.
Lu, muy
precavida, llevó Viagra escondida en su caperuza, por si Don Acevedo necesitaba una ayuda, no fuera
ser que no se consumara su matrimonio. Él no necesitó ninguna pastilla.
Con sólo verla
desnuda, fue suficiente. Se puso al día Don Acevedo. Lu quedó más que conforme,
a los nueve meses parió gemelos. Hasta el aire cambiaron los niños. Se sembró
mucho amor alrededor de la nueva generación.
Nota de la
Autora: Fin.

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