sábado, 12 de junio de 2021

SOBRINO VII° Parte

 

   —¡¡Fuera de mi casona!! Ja! Juez de Menores y no sabe nada, como todos los jueces, que reciben algo a cambio, pero yo de eso no bebo. Sabrina tiene dieciocho años, es mayor de edad y puede hacer lo que quiera. Burro, tonto, piérdase en el horizonte.

   María vio y escuchó las palabras de Gerineldo.

   —Miren ustedes qué cosa, finalmente Gerineldo tenía pelotas debajo de su panza.

   Él les ordenó a las mujeres:

   —Cierren las puertas con triple llaves y candados de bronce. A Sabrina me la dejan afuera, le tengo una sorpresa: un trianón que construí con mis propias manos, las mismas que le recorren el cuerpo de noche y de día.

   Sabrina se arrodilló para agradecer y subió la cabeza lentamente, hasta morderle la…la…, bueno, eso.

   La cúpula era de vidrio blindado, cuando el cansancio los vencía, miraban la luna y las estrellas.

   —Yo me sé los nombres de todas las estrellas.

   Gerineldo replicó:

   —Mi joven e ignorante querida, “no se dice yo me sé”, se debe decir “yo sé”. El “me” no va. Más que por viejo, por sabio, las estrellas son cincuenta. Quiero convertirte en Condesa y si te asomás al balcón circular, me gustaría que estuvieras desnuda y en camisón.

   María llamó a las otras dos, para que miren y comprendan el significado de la injusticia:

   —Ahora nos quedamos solas y encerradas, sin ningún amante. Nadie llamará a nuestros aposentos, vamos a extrañar al petimetre panzón e ignorante.

   Lloraron todas su ausencia. Menos la Profesorda de Literadura, que casi vivía en otro planeta y no le importaba lo que sucediera alrededor. María y Pirola, rompieron cerraduras y candados, corrieron al trianón donde Sabrina estaba sola, le arrancaron los pelos, le dieron trompadas y puntapiés.

   Apareció Gerineldo:

   —Qué formas adopta la cobardía, miren que tomar como enemiga a las más desamparadas de todas.

   A las doce de la noche, escucharon los cascos de muchos caballos.

   Nota de la Autora: Continuará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario