domingo, 13 de junio de 2021

SOBRINO VIII Parte

 

   Caballos sin jinete usaron los aleros de la casona, para dormir la noche y volver a trotar al amanecer. Llenaron de bosta todo alrededor.

   —Vení, María, todo es un asco.

   Sabrina, que amaba la tierra, le explicó que eso era abono para que crezcan las plantas y los árboles, con más nutrición y follaje.

   —Ahora le toca a Pirola, que no le hace asco a nada, que llene todo en una carretilla y lo reparta por aquí y por allá.

   Cuando Gerineldo miró la galería de la casona y la escalinata llena de mierda, montó un caballo en pelo. Quiso encontrar a los dueños y grande fue su sorpresa, cuando descubrió seis transcavators dando vuelta la tierra en los alrededores de su predio.

   —¿Se puede saber qué están haciendo?

   Un Capataz, gordo, negro y judío le contestó:

   —Vamos a construir casas tan grandes como su casona. Total, terrenos sobran y hay gente que invirtió en todo aquello. Lo verá cuando estén terminadas.

   Gerineldo quedó mudo de indignación indignada.

   —¡Salgan de aquí! Están usurpando, no comprando y este caballo se lo devuelvo, lo tuve que domar, me tiró al piso como tres veces. Dígale a su Patrón que se dé una vuelta por mi casona, va a saber lo que es bueno.

   Volvió a pié, cuando llegó pegó tantos portazos, que las mujeres, asustadas, se escondieron para no ser castigadas por Gerineldo. Tal vez descargaría toda su furia en ellas. No fue así, para alivio de todas.

   Gerineldo fue derecho a sus aposentos y desde allí, gritaba:

   —Esta tierra es mía, la voy a defender como pueda, aunque no pueda.

   En dos semanas y con más de cien albañiles, terminaron todas las casonas, igualitas a las de él.

   —Me dijeron que viniera para aquí, ¿por qué asunto es?

   —(Y encima me lo pregunta el muy caradura.)

   Lo sacó con cara templada a los panzazos.

   Lo fue a buscar la Policía y lo metieron preso.

   —¿Por qué me tratan así? Yo soy el Conde Gerineldo Chanchorena y defiendo mis derechos. ¿Me quieren decir el porqué de esta corruptela?

   Estuvo tres años detenido en sus aposentos. No podía recibir visitas. Sus mujeres recorrieron a los medios, para que les permitan visitas higiénicas y que por favor les llevaran papel higiénico, porque en estas situaciones era muy necesario.

   Nota de la Autora: Continuará. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario