lunes, 14 de junio de 2021

SOBRINO IX° Parte

 

     Gerineldo con dos rivotriles encima se sintió humillado.

   —Papel higiénico no preciso, prefiero usar el bidet. La Profesorda de Literadura es la única de estas mujeres que no probé, mis otras mujeres finalmente me aburrieron.

   Se presentó de inmediato, vestida con un tahier gris, camisa y corbata. Gerineldo se ocupó de desvestirla, cuando la tuvo desnuda casi desmaya. Tenía tetas de cabra y un culo chato y caído, debía ser porque siempre estaba sentada leyendo o escribiendo.

   La Profesorda se arrojó sobre su panza,  más gorda de tanto encierro y comiendo como un orangután.

Cuando él miraba hacia abajo, no podía ver su sexo, aunque lo tenía erguido, encontró que la Profesorda carecía de agujerito.

   —Hay otras cosas que podemos hacer.

   —No pienso usar mi boca en ese escroncho, prefiero leerte en voz alta.

   Gerineldo le dibujó sus partes inexistentes con una navaja. La Profesorda, muda de espanto, le permitió hacer lo que se acostumbra.

   Gerineldo descubrió que era insaciable. Cuando la besó tenía bigotes y le faltaban cuatro dientes. La arrojó de su cama al piso.

   —Si hubiera sabido no te convocaba. Me da aprensión verte desnuda, vestite en el pasillo y seguí leyendo, no necesitás nada, no te enterás de nada, en definitiva no sos nada.

   Hizo bien en despedirla, prefirió estar solo, antes que mirar ese esperpento. Decidió llamar a sus otras dos mujeres que le dijeron:

   —¡No!—al unísono.

   Le extrañó Sabrina que era la más insaciable de las dos. Gerineldo se asomó por la ventana para mirar las otras casonas, tenían carteles de “Se Vende”.

   Compró todas y las hizo escombros. Le dio alegría recuperar el horizonte. Sus mujeres se ofendieron, porque las casonas tenían hombres atractivos, para probar otras cosas. Cuando Gerineldo intuyó lo que pasaba, las metió en la diligencia que perteneció a Catalina Chanchorena y las mandó a la Ciudad.

   Su decisión le quitó tres pesos de encima.

   Gerineldo fue sobreseído, pero tanta soledad la reemplazó comprando un lote de vacas preñadas.

   Nota de la Autora: Continuará.

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