jueves, 24 de junio de 2021

POLITICHORROS

 

   Morir de frío para que tres boludos icen la bandera, casi todos llevaban blazer azul, si no tenía que ir con guardapolvo y no me dejaron poner uno que me tejió mi Mamá, de lana gruesa con doble abotonadura. Ése lo tenía que dejar, porque no correspondía y así conocí la Antártida del Colegio. Mamá dejó una tarta en el horno y fue volando a quejarse. Me dio orgullo lo que dijo mi Mamá:

   —Por culpa de ustedes mi chico tiene gripe.

   Las Maestras miraban cómo tiritabamos en los recreos del patio.

   —Ustedes no tienen vergüenza.

   Una Maestra despistada la interrumpió:

   —Señora, hacemos lo que podemos.

   —Por favor no me interrumpa, sé que estamos viviendo tiempos aciagos, hay un Alborto de Presidente y una idiota le dice lo que tiene que hacer.

   Otra Mamá me contó el otro día:

   —Yo de política no sé nada.

      ¡Mentira! Se ve que esa mujer no fue nunca a un Supermercado, eso es política, ver que las cosas imprescindibles no se pueden comprar. Ustedes no disfrutan de los chicos, los sufren.

   Mamá prendió un cigarrillo. Dijo la Directora:

   —Acá no se puede fumar.

   Mamá le tiró humo en la cara.

   —Usted es la autoridad de este Colegio. Lo menos que podría hacer es renunciar.

   La Dire no paraba de toser.

   —¿Por qué no lo cambia de Colegio?

  —Me gusta que mi hijo vaya a un colegio público, los privados enseñan menos que ustedes y son más caros, ja, ja, ja. Todo se puede resumir en una sola clase: “Este Gobierno nos está matando”.

   —Mamá, estuvo buenísimo lo que dijiste y por propia elección no quiero ir a ninguna escuela.

   —Bueno, acepto, pero seguí estudiando en casa.

   —¿Cómo? Si precisamente no voy a la escuela porque hay que estudiar.

   —Después de todo, tu Papá y yo, aprendimos más en la calle que en la escuela.

   Pobre Mamá, olvidó la tarta que estaba en el horno y se quemó.

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