martes, 8 de junio de 2021

SOBRINO III° Parte

 

   Luego de tanta voltereta y para asombro de María, los dos se acercaron a la casa, vivitos y coleando, igual que dos serpientes.

   —María ponete este delantal y limpiá el polvo que dejó el incidente.

   —Vos y Gerineldo, recién se enteran, apareció el Covid 19, es mejor que nos metamos adentro, el único modo de no contagiarnos entre nosotros. El delantal tiralo o ponete a limpiar vos. Acá les tengo barbijos, no se los quiten nunca. Vamos, vamos. Debo cerrar la puerta y sopletear la casa con alcohol 70%, eso, de ahora en adelante lo van a hacer ustedes.

   — ¿Y para comer cómo hacemos?—preguntó Gerineldo, el más glotón.

   —Se ponen sorbetes por debajo del barbijo y vamos a tener que licuar nuestros alimentos.

   —¿Y para ducharnos, cómo se procede?—interrogó Pirola.

   —Es muy sencillo, te bañás con el barbijo puesto, de paso te lo lavás, que ya lo tenés mugriento.

   —¿Y el niño?

   —Mi bebé está inmunizado, no precisa nada, y vos Gerineldo, bañate primero, que tenés un olor que da náuseas.

   Por la noche escucharon unos ruidos extraños, provenían de los zócalos de toda la casa. La histérica de Pirola descubrió que las paredes se estaban rajando.

   —¿Por qué no nos mudamos a otra casa?

   —Vos, además de estúpida no entendés nada. Heredamos una casa de doscientos años, es una reliquia que nos pertenece a todos. Si nos olvidamos de los amores contrariados, la podremos reparar.

   Pirola puso cara de “no te doy bola” y cuando se miró el cuerpo, estaba cubierto de hormigas negras y rojas.

   Nota de la Autora: Continuará.

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