El patrón decía que Gervasio lo único que
hacía era tomar mate, en la matera.
Decía que era un peón de adorno. Decía que
le pagaba porque le daba pena. Decía que Gervasio en vez de tomar mate debería
trabajar.
─Hay algunos que no quieren hacer nada, como
Gervasio.
Cuando todos los peones hacían su descanso
en la matera, le llamaba la atención que el viejo con un mate en la mano no
convidara a nadie. Tenía los ojos casi cerrados, seguro que pensaba en las dos
mujeres que lo abandonaron y sus cuatro hijos cansados de la dictadura del patrón
se fueron a vender panchos a Mar de las Pampas.
Jamás volvieron a ver a su padre. Ellos se
lo perdieron, el día que entraron a la matera el viejo estaba muerto, el mate
no lo tenía. Con una sonrisa mirando al
cielo seguro que lo esperaban. En una sencilla ceremonia los peones lo
enterraron con mate, bombilla y pava.
Lloraron todos, hasta el patrón que en el
fondo muy en el fondo lo quería.

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