sábado, 8 de julio de 2023

¿Y LA TORTUGA?

 

   Salieron a nadar pasando las escolleras. Les pareció aburrido y se metieron mar adentro.

   ─Vamos a perder la costa, de acá veo una sombrilla y el bañero montado en un mangrullo.

   ─Para eso nos untamos con aceite de hígado de bacalao y como soy muy precavida traje dos botellas de agua dentro del corpiño.

   ─Yo me metí dos en las bolas, mi malla de baño es bien apretada.

   ─Y nos metemos mar adentro, vamos a nadar mariposa, crol y pecho. Cuando nos cansemos hacemos la plancha, aquí hay calma chicha, podríamos dormir, para calmarnos un rato y después seguimos.

   El mar se enfureció y no había manera de doblegarlo. Las olas que les pasaron por arriba le quitaron el corpiño y robaron sus dos botellas de agua.

   ─No te preocupes, las mías las llevo entre la malla apretada, están pegadas a mi cuerpo.

   ─Bueno, no digamos más pavadas y nademos hasta no dar más.

   ─Es que yo estoy extenuada, si vos me podés arrastrar sería una solución.

   ─Pero es que me estás agarrando del cuello, me estás matando.

   En el medio del océano había una pizarra grande, tan grande como una ciudad flotante. Dos marineros de a bordo les arrojaron una escalera de sogas. Les agradecieron con un gracias furtivo y les rogaron una cama para dormir. No daban más.

   Uno de los marineros les advirtió que el barco se inundaba un poquito, pero eso les serviría para hamacarnos y dormir mejor. Tenían la piel tan arrugada que se les abrió por todo el cuerpo. A pesar de todo les alegró estar vivos.

   Fue poco tiempo, el mar estaba enojado y una ola gigantesca los hundió. Primero saltó el capitán, después los oficiales de abordo aterrizaron en botes fuertes y de la gente y de los niños, nada se supo.

   Nosotros nos agarramos de las patas de una tortuga de mar, nos llevaba mansa y hasta nos dio de comer corales y musgos. Comenzamos a ver las sombrillas y el bañero con su silbato.

   Éramos dos guedejas, nos hicieron expulsar el agua salada de nuestros pulmones. Llegó la ambulancia de primeros auxilios y nos terminaron de curar, gente con experiencia, se notaba.

   Preguntaron el nombre de aquella ciudad flotante. Recordamos perfectamente: “Titanic”.

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