Salieron a nadar pasando las escolleras. Les
pareció aburrido y se metieron mar adentro.
─Vamos a perder la costa, de acá veo una
sombrilla y el bañero montado en un mangrullo.
─Para eso nos untamos con aceite de hígado de
bacalao y como soy muy precavida traje dos botellas de agua dentro del corpiño.
─Yo me metí dos en las bolas, mi malla de
baño es bien apretada.
─Y nos metemos mar adentro, vamos a nadar
mariposa, crol y pecho. Cuando nos cansemos hacemos la plancha, aquí hay calma
chicha, podríamos dormir, para calmarnos un rato y después seguimos.
El mar se enfureció y no había manera de
doblegarlo. Las olas que les pasaron por arriba le quitaron el corpiño y
robaron sus dos botellas de agua.
─No te preocupes, las mías las llevo entre
la malla apretada, están pegadas a mi cuerpo.
─Bueno, no digamos más pavadas y nademos
hasta no dar más.
─Es que yo estoy extenuada, si vos me podés
arrastrar sería una solución.
─Pero es que me estás agarrando del cuello,
me estás matando.
En el medio del océano había una pizarra
grande, tan grande como una ciudad flotante. Dos marineros de a bordo les
arrojaron una escalera de sogas. Les agradecieron con un gracias furtivo y les
rogaron una cama para dormir. No daban más.
Uno de los marineros les advirtió que el
barco se inundaba un poquito, pero eso les serviría para hamacarnos y dormir
mejor. Tenían la piel tan arrugada que se les abrió por todo el cuerpo. A pesar
de todo les alegró estar vivos.
Fue poco tiempo, el mar estaba enojado y una
ola gigantesca los hundió. Primero saltó el capitán, después los oficiales de
abordo aterrizaron en botes fuertes y de la gente y de los niños, nada se supo.
Nosotros nos agarramos de las patas de una
tortuga de mar, nos llevaba mansa y hasta nos dio de comer corales y musgos. Comenzamos
a ver las sombrillas y el bañero con su silbato.
Éramos dos guedejas, nos hicieron expulsar
el agua salada de nuestros pulmones. Llegó la ambulancia de primeros auxilios y
nos terminaron de curar, gente con experiencia, se notaba.
Preguntaron el nombre de aquella ciudad flotante.
Recordamos perfectamente: “Titanic”.

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