Hicieron un camino perpendicular a mi casa.
Una noche, tarde, bajaba las persianas y lo
vi. Era un perro alto, blanco, prístino, con manchitas negras, una mirada
profunda y tierna. Cuando se acercó a la ventana le tiré un beso y lo saludé
con la mano en alto. Bajé las persianas y me acosté a dormir.
Al siguiente día estaba ahí, pensé: quiere
comida. Estiré el brazo y le alcancé un coquito de pan. Miró como diciendo que
ya había comido, hizo un giro de cabeza hacia la plaza. Salí en pijama, blanco
y robe negra, me dio risa, yo había agregado un gorro negro con orejas. Él
prefirió caminar hasta el bosque. Seguro que la plaza era un algo sin sorpresa.
A mí me sucede lo mismo. Rodeamos la laguna y cuando el cansancio me pudo,
regresé a casa. Él vino conmigo, entró hasta el living y miraba todo, entibié
leche y llené mi vaso. El paseo me dio hipotermia, a él le serví en una charola
honda y con cuatro lengüetazos, la terminó.
─¡Muy bien, Pierre!
A partir de ahí se llamó Pierre. Miraba la
puerta con la insistencia de:
─Dejame salir.
Le abrí y fue a hacer pis. Luego arañó la puerta
y le indiqué un lugar para dormir. Se acostó largo a largo en una alfombra de
piel de vaca. Cruzó sus patas delanteras y me miró con la nobleza de un
agradecido. Me dio un beso de hocico frío y se durmió.
Como era de esperar apareció su dueña, casi
al amanecer, me preguntó por él con otro nombre. Le dije que el mío se llamaba
Pierre y en cuanto lo vio:
─Ese es mi perro, mire cómo mueve la cola,
me reconoce…
─Él prefiere estar acá, lo dijo en idioma
perro. Yo entiendo todos los idiomas. Le gusta el bosque, el lago, la leche
tibia y dormir a los pies de mi cama. Por primera vez en años soy feliz.
─Quiero que me devuelva el collar y su
medalla.
─Desde ya el collar le resulta pesado y la
medalla la desprecia porque no es su nombre actual.
─No me
llore, señora, Pierre me dijo que la visitará tres veces por semana y fiestas
de guardar. Es tan bueno y educado que hasta se las ingenia para robar
billeteras para mí y para tranquilizarme, me cuenta que son dineros de ricos,
ni cuentas que se dan.

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