lunes, 18 de marzo de 2024

IGUAL LO QUIERO

    —El Dr. No está pero tomo su sesión, como secretario adjunto, mi nombre es Arsenio Perramus,¿el suyo?

   —Perdón, pero el Dr. no dijo que tuviera un secretario adjunto para atenderme.

   —Seguramente, el Dr. olvida mucho, siempre. No contiene al paciente.

   —Suficiente Dr. Perramus, no quiero escuchar críticas de su titular, me llamo América y vengo de Verónica.

   —¿Hace mucho que son amigas?

   —¿Quiénes?

   —Verónica y Ud., América, son pareja, o me equivoco.

   —No sólo equívoco, sino sordera total, diría yo, que soy la paciente América y vivo en el pueblo de Verónica.

   —No viven en el mismo lugar, claro imagino la soledad que esto le genera, el vacío.

   —Para empezar, yo no soy gay, a mí Verónica me parece un lugar aburrido y usted piensa mucho por mí, no está bien, nada bien.

   —¿Le parece aburrido que Verónica lo sea?

   —¿Usted no se da cuenta que Verónica es un pueblo, no una persona?

   —Disculpe, América, a lo mejor me expresé de un modo incorrecto, a pesar de su no reconocimiento gay, admitamos que para usted, Verónica la determina al punto de parecerle un pueblo y aburrido. Escuchamos que el algo aburrido de Verónica, tiene que ver con cientos de otros, un pueblo, dijo. Imagine, hablar de una amiga como un pueblo. ¡Flor de sublimación!

   —Perrramus, está empecinado con que me relaciono con otra mujer. Estoy enamorada de Pedro, mi actual pareja. Lo demás corre por su cuenta.

   —Por cuenta de Verónica, querrá decir… ¿nos vemos en la próxima?

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   —¿Cómo andamos, América?

   —Maso, me parece que soy gay y ni yo misma lo sé, pero debe ser.

   —¿Qué la hace pensar esto, querida?

   —El que me atendió el otro día, su adjunto, sugirió que lo pensara y yo lo pensé.

   —No sé a qué se refiere con que tengo un adjunto que atiende a mis pacientes. Es un disparate…

   —A mí me pareció igual, pero él estaba tan seguro de sí mismo, que hasta parecía Freud en persona.

   —Éstos consultorios son el colmo, cualquiera toma mi lugar y se permite sembrar la duda de la sexualidad de las personas… disculpe, América, esto me ha superado.

   —No sé quién era Doc, pero dio en el clavo, avancé en una sesión lo que con usted llevaría nueve meses. Estoy perdida por mi vecina y ella por mí. Nos amamos. Nunca conocí a nadie como Verónica.

   El Psi piensa, pero no dice: Como yo, con Arsenio Perramus, no sé qué más me va a pedir. Le presté varias sesiones, plata, auto. Es peor que una prostituta.

   Igual lo quiero.

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