sábado, 25 de mayo de 2024

MILEIDY

    Belaustegui escribía finito cuando entregaba los expedientes, nadie entendía nada. “No usaba compu ni celular pero como era el jefe, se le cumplía el sueño de escribir a mano.

   Hubo cuatro generaciones de Belaustegui. El primero fundó el “Ministerio de no conseguir trabajo”. Escribía con pluma y los hacía inventando cosas sin sentido. Entre los compañeros Milei era una mala persona. Estaba loco, re loco. Confeccionaba leyes explicando que la plata de todos los Bancos le pertenecían y que si buscaban trabajo, no había. Un ser tan despreciable se ganó el odio del personal del “Ministerio de no conseguir trabajo”. Milei dijo que por decreto de necesidad y emergencia. Cerraban las escuelas, también las universidades y el jardín de infantes.

   Llegó tan alto que empezaron a seguirlo, les habían pagado para matarlo. La gente participó indignada por los precios más altos que los sueldos. En la orfandad que dejaban a todo el mundo. Comenzaron a lamentar lo de Mileidy.

   Primero manifestaciones, luego trompadas que viraron en balas. Con todos los gobiernos ocurrió lo mismo y empezaron los salames a mentir.

   —¡Yo no lo voté!

   —Yo tampoco.

   Y uno termina pensando que se votó a sí mismo, o que alguien corrupto compró miles de votos.

   —¿Y qué le vamos a hacer?

   —Nada.

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   Queridos lectores: este cuento no me gustó, porque encima es cierto…

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