miércoles, 29 de mayo de 2024

VERNISSAGE

    El abrigo hacía su persona. Tan alto y buen mozo, el sobretodo perfecto. Con un agujero feroz en el centro de ambos omóplatos. Todos lo mirábamos de frente. Estábamos curiosos y temerosos. De atrás nadie le iba.

   Era de bala y reciente. Tenía pedacitos de algo ensangrentado. Piel, debió ser. Había una ninfómana que se le prendió de la espalda y metió la lengua en el agujero.

   Pidió disculpas. Lo hizo para ver si él agonizaba y enterarnos si el abrigo era robado.

   Confesó que sí, robado. Relató que su hermano mellizo lo sacó de sus cabales y le dio un disparo en la espalda para que se calle la boca. Fue para ver si lo entendía y lo escuchaba, pero el chulo resolvió morir antes que eso sucediera. El matador le quitó el sobretodo al mellizo y se vio perfecto en el espejo francés del living inglés, aceptó la invitación al vernissage en el consulado de Penesuela y ahí estaba, con las manos cruzadas y todos nosotros mirándolo a él y al espejo, con él de atrás y delante en persona.

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