sábado, 9 de febrero de 2019

ENTRE DOS



   —Te pido por favor…suave…muy suave…así, así.
   —¿Te gusta así o de costado? Vos decime.
   —Quiero despacio, más despacio, no tan rápido…
   —Yo creo que lo hago bien, hablo bajo para que puedas, no falta mucho.
   —Meté la punta y ahí me doy vuelta, meté más, no es que quiera, necesito más…¿Entendés Bichi?
   —¿Te duele?
   —Para nada…eso…bien al fondo…todo, todo. ¡Me volvés loca! Movete!!!, dale.
   —Es que me fui contra la pared.
   —…Pero acá tenemos que estar juntos.
   —¿Para qué?
   —Bichi, ¿para qué va a ser?
   —No sé, vos me estás matando. ¿Y si vos vas adelante y yo por detrás?
   —Me duele la espalda, ay!!! ay!!!, me estoy muriendo.
   —¿Qué? Se cayó.
   —No no, pero si empujás soliviantando conmigo, está. ¡Ay Dios, por fin está dentro del living, mirá qué sillón nos dejó Abuela, debe tener ochenta años.
   —Sí, lo que quieras, pero subir tres pisos con este sofá de cuatro cuerpos, te deja muerto y vos dando indicaciones.
   —Vos también, Bichi, pero miralo, decime si no queda redistinguido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario