—Sé por qué Ud
no quiere leerme, yo a mi edad, tengo el niño dentro de mi cabeza, Ud tiene el
afán que le salga un best-seller. No le interesa si es bueno, si es malo, no lo
sabe. Elige este sí, este no. Sin currículum, sin una historia perversa que lo
respalde, ni tres millones de seguidores en instagram, Ud le pega un puntapié en
el corazón y manda a su Secretaria con el texto “Piantá de aquí”.
Entorna los ojos. —Siga nomás, yo lo escucho,
lo que dice no me seduce, da pena que lleve un año tratando de verme, sabiendo
qué diría. Igual seguirá escribiendo, hay otras Editoriales, más chicas, pruebe
y a lo mejor, quién le dice. Se publican porquerías y la gente aplaude, ellos
deciden, los lectores. También están los lúcidos, que te sacan el pasaje a un
mundo donde no podés salir, hasta que das vuelta la última página.
—Le robo un
momento, Ud sabe de esas cosas, me refiero al robo y al momento. Como amigo de
la infancia de mi Padre, en su nombre, que fue lo único que quedó, lea mi
borrador. Paso en dos semanas.
Debe ser lo
único que el hombre no puede detener, el tiempo.
—Holá, sí soy yo…¡¿Lo
imprimen?!, En media hora estoy ahí. Sí, sí, el final está en mis manos, una
garantía para el carocito de niño, que llevo en mi cabeza.

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