miércoles, 12 de febrero de 2020

INTELIGIR

   Daban vueltas sobre el mismo tema, qué era lo más importante en un tipo. ¿La inteligencia, o que haga bien el amor?
   —Las dos cosas son importantes, lo primero viene con él, lo segundo, si estás dispuesta, llegás al final exhausta y querés más.
   Siempre lo mismo con esta mina, vive pensando en el sexo, escribe sobre el sexo, se calienta con que sólo se lo nombre.
   —Debería concurrir a un Analista.-Dijo otra-.
   —La inteligencia es lo de menos, se la puede reemplazar con que sea un tipo con guita, generoso, poder ir de vacaciones sin él, te va a dar permiso porque es inteligente.
   LA VISITA AL ANALISTA
   Ella: —Mucho gusto Doctor, mi nombre es Pina Ezcurra.
   Él: —A mí me podés decir Carlos y tutearme, para no sentirme viejo, lo de Doc es prescindible.
   Ella: —No puedo sacarme de la cabeza el sexo, Doc, perdón, Carlos. Me tenés que ayudar. Me parece que a mis amigas últimamente les doy asco.
   Él: —Va más allá de la ortodoxia, lo que te voy a aconsejar. A mí me encanta el saxo, del sexo me olvidé hasta cómo se hacía. El saxo, tocando el viento, me despeja y me recuerda a mi Abuelita, viviendo en el Mississipi, cantando blues. Bueno, volvamos a tu desespereta, antes que me aburra. ¿Tus amigas, no practican el sexo?
   Ella: —Les parece algo bizarro, que les roba tiempo a su inteligencia.
   Él: —Mirá lo que se están perdiendo, las muy bobas. Si fueras tan amable, contame cómo es eso de abandonar el sexo.
   Ella: —Yo creo que vive conmigo igual, estoy buscando a la vuelta de casa, en la esquina, viajo para encontrar y los pruebo. Me hace bien probar, porque hay gustos diferentes, como para pasar un ratito. Yo quiero un Ulises que de tanto estar a su lado, me acostumbre hasta que se me niegue. Eso me gustaría, domarlo como cuando uno se mete en el mar y hay olas inmensas.
   Él: —¿Vos sabés que tuve una repentina imagen?, me dio miedo, me recuerda las traiciones y el dolor del abandono, pero la belleza que seguro tuvo todo aquello, se me borró.
   Ella: —Me da la sensación que esto no es una Sesión.
   Él: —A mí también, somos el encuentro de dos perdidos.
   Ella: —¿Y si vamos a comer, a tomar unas copas y… “Después andar sin pensamiento”? Así dice el tango y tal vez tenga razón.

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