lunes, 17 de febrero de 2020

TOP SECRET


   —Sí, yo estoy segura que tengo Padre.
   Me debe haber escuchado. Esas conversaciones que tengo con la chusma de Rita.
   —Vos nunca me dijiste a mí, pero a tu otra amiga le hablabas de él y cómo te echó a la calle, cuando se enteró que andabas con su Marido.
   A esta mujer la voy a matar, viene a verme porque se fue el último viejo choto que la mantuvo hasta ayer, me usa como paño de lágrimas, es patética. Las dos sabemos su forma de proceder. A mí no me interesa, carece de escrúpulos, vive de eso desde que la conocí. Es enferma, le da placer que escuche mi hija.
   —Mamá, Rita me pidió que no te contara. Su Marido se enamoró de vos y llegaron a ser amantes. Fue por un tiempo y te dejó. Como venganza te volviste ninfómana y te acostabas con todo el que se te cruzara. ¿Sabés Mamá? Tu vida personal te pertenece y lo que Rita diga me importa un bledo.
   Llamé a mi supuesta amiga y le dije que su infamia había cortado nuestra relación de modo definitivo. ¿Cómo no lo hice antes?, es difícil de comprender.
   —Mamá, te lo pido por favor, necesito saber los nombres de los hombres que tuvieron relaciones con vos Tengo un amigo hacker, que sabe encontrar lo que le pidas. Quiero saber quién es mi Papá.
   Le expliqué como tantas veces que los nombres se confundían, a veces tuve amantes de un día, cuyos nombres ignoraba, mis relaciones duraban nada.
   —El hacker del que te hablo ahora, es mi pareja, quedé embarazada, necesito que mi Padre se entere, que el bebé que espero tenga una Abuela y un Abuelo.
   Estoy harta de escuchar lo que me pide, voy a llamar al ex Marido de Rita, que fue mi primer amante. Le pediré ayuda (así lo hice).
    Era un tipo frívolo y la propuesta le pareció divertida.
   Pasado un tiempo me enteré: —Mami, yo presentía por qué callabas, si hubieras escuchado las cosas hermosas que sintió por mí y coincidían con las mías. Él siempre quiso conocerme, pero nunca se atrevió. Fuimos juntos a la prueba de ADN, se emocionó, porque era su hija y yo por primera vez abracé a mi Papá. Lo que no entiendo, ¿cómo pudiste dejar pasar ese hombre tan divino?

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