—Hace como tres
meses que no sé nada.
Úrsula, la
“lleva y trae”. Trajo.
—Se cirugeó un
solo ojo, quería probar con uno para ver si el otro se lo hacía igual. Encontró
unos folletos, le gustaron los ojos de Julia Roberts, se lo hizo.
Ahora el derecho
es la réplica de Scarlett Johansson y el izquierdo quedó idéntico al de Julia
Roberts. Le torcieron la nariz estilo Maryl Streep. Y la boca fue una historia.
Una comisura
sonríe hacia arriba y la otra se enoja hasta el mentón…
—¿Y el marido,
qué dijo?-preguntó Vane-.
—Gritaba
¡Tenemos un Picasso en casa! No estoy segura si la largó, o se fue de la City.
Ella quedó con la autoestima sin estima y sin auto. El psicólogo dijo que
tendría que estar contenta, había pocas o ninguna persona, tan multifacética
como ella. Coincidía con su problema de polipolaridad. Que poco a poco
soliviantaría sus desfasajes.
Vane sabía que
Almodóvar contrató la cirugeada, como su nueva actriz fetiche. No le contó a
Úrsula por chusma y mala. Llamó a su amiga sufriente
—Hola, habla Vane para felicitarte por lo de
Almodóvar.
La otra
agradeció :
—Tu llamado
resultó providencial, Pedro necesita una actriz enana gorda y narigona, de
inmediato pensé en vos. Él te manda un pa…hola, hola ¡hola! Cortó.
Vane maldijo
aquella oferta irrespetuosa, se esfumó la culpa de haber hecho el amor con el
marido de ella, más veces que ella, durante quince años.
—Hola Úrsula, te
voy a dar una sorpresa, Almodóvar quiere una actriz como vos, vieja, petisa y
pelada. Dice que el pasaje te lo pagues vos, tal vez sea mejor que vayas sin tu
marido, yo te lo cuido y es un pasaje menos.
Contestó Úrsula:
—Desde ya,
acepto y me voy tranquila, con la seguridad que cuidarás de Tony.
Ni bien partió,
Vane se hizo presente en lo de Tony y lo cuidó, según las indicaciones de
Úrsula.
Fueron tantos
los cuidados que tuvieron un hijo, igualito a…pero esa información no está
disponible.

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