viernes, 8 de septiembre de 2023

TEJER PALABRAS

 

   Perdí mis amigos, mis hermanos, mis primos.

   No por fallecidos, peor, el alma les dejó de existir, justo lo que no tiene fecha de vencimiento.

   Corté las visitas que no eran.

   Ellos consideraban que yo, no era.

   Los hice desaparecer de mi cabeza. Proyecté una vida futura.

   Edité un libro, no vendí ninguno. Perdón, vendí uno a mi mamá. Quisiera escribir como algún grande de la Literatura Universal. Mi próximo libro será de episodios novelados, con superhéroes, ciencia ficción y dos o tres polvos explícitos. Si el mercado joven se entusiasma con mundos paralelos, donde la intimidad se expone con descaro, ellos pegados a las computadoras y el pegamento iuhu, es para siempre. Deseo que apaguen las pantallas, la vida pasa por ahí, sin que ellos lo adviertan.

   El mercado adulto suele comprar libros para regalar, sin leer previamente. El regalado tampoco los lee y mueren de lomo en bibliotecas que sólo el plumero acaricia.

   Trabajé mucho y seguiré, hasta que mis dedos artríticos no puedan sostener la birome y escriba disparates, siempre buceando, siempre volando.

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