viernes, 24 de junio de 2016

EL CAÑITO

                                                        
   El dúplex constaba de dos dormitorios y estar espacioso, bien articulado, un jardín minúsculo.
   Sus lugares anteriores eran agobiambientes.
   Los demás dúplex estaban desocupados, sembré árboles y hasta tres palmeras, daban la sensación que no se venderían nunca. Construí una selva.
   Intenté calentar agua y no salía gas. No estaba conectado, olvido involuntario. Ocho treinta horas, Gas del Estrato mandaría el instalador, perdí el día de trabajo, Gas del Estrato no apareció hasta el jueves, donde yo le hice un juego completo de llaves de la casa y le dije que cuando volviera quería el trabajo terminado y las llaves en mano, con el cobro en la inmobiliaria —Vaia tranquilo señó, no lo va a crier.
   Dijo el paraguayo con pestañas de caballo. Vino el invierno repentino y asesino. Prendí la estufa, no funcionaba, gas había, pero no encendía. Llamar al paraguayo.
   —Ia le voy sen…, ia le voy.
   Estaba con mi mejor amigo grandote, los dos recibíamos ofertas para patovicas. El paragua, cuando le abrimos la puerta, se achicó como cuarenta centímetros, se arrodilló ante la estufa, desarmó el cañito —Cómo si hace tó hoy, dio mío, losotro departamento tiene el mismo problema, mire ¿Ve que tá sucio petrificado?
   Mi amigo grandote se agachó, miró el caño y le dijo —Son arañuelas en expansión, con un alambrito, lo pasás por dentro y te queda funcionando.
   El paragua lo miró con ojos perdidos —Io no tengo alambre, tá caro la lambre. Pero si io tenía un cachito.
   Subí a mi cuarto, arranqué el alambre de un cuadro, de un tirón y volando lo puse en las narices del paragua —¿A ver, si su amigo me da una mano?
   Yo, con el diablo en el cuerpo le dije —Ya te enseñó, las boludez que es hacerlo!
   Miraba cómo salían los cúmulos de arañuelas, tardó quince minutos en conectar el caño.
   Me pidió un frasco para llevar las arañuelas. ¡Por fin tengo estufa! Adiós a la congelación perpetua. La mañana siguiente aparece el mismo paragua, para rellenar filtraciones aparentes, de todas las ventanas, no me explico cómo las filtraciones aparentes llevan kilos de yeso.

   —Le limpio tó señó, pa que vea, cuando me precisás me llama, io vengo, me gusta usté, tiene cara de bueno. Disculpe, pero, usté no es argentino, seguro. 
                                                                     

No hay comentarios:

Publicar un comentario