—El supermercado,
mirá dónde nos venimos a encontrar, vamos a sonreír ahora, porque después, en
la caja, llorás.
Era su vecino que
tenía ganas de recorrer góndolas, en compañía, a mí me ocurre al revés,
prefiero hacer la compra, solo. En el sector limpieza no supo qué papel
higiénico elegir. Yo seguí, porque en casa usamos bidet y nos pasamos la
tohallita. Papel cocina, eligió uno que trae impresas recetas, siempre es la
misma. Yo pasé de largo, en casa usamos repasadores de tela. En las gaseosas,
mi vecino compró una de cada marca. Nosotros tomamos agua de la canilla.
El muy caradura
me pidió que lo acompañara al sector carne, estaba vacío, pero él compró por
todos. Asado de tira, bifes, mollejas, chinchulines y morcilla. Yo miraba para
otro lado, somos vegetarianos. Encontré lavandina, que es nuestro único
elemento de limpieza, junto con el detergente. Mi vecino llevaba un carro con
montaña y yo con un canasto, yerba, lavandina, detergente, dos zanahorias, un
diente de ajo, un cuarto de zapallo y perejil. El vecino se ubicó delante de
mí, la cajera pasaba las cosas y le hacía chistes.
Tardó veinticinco
minutos, tuvieron que agregar otro carro. Yo, por mi canasto, no pude creer lo
que gasté. El tipo me esperaba a la salida, para que yo le transportara un
carro y él llevaba el otro. Había dejado el auto a diez cuadras, me caían gotas
y sus malditas latas me encandilaron, apareció mi Camus, (todos tenemos uno) le
decoré la espalda con su propio cuchillo de hacer asado. 
No hay comentarios:
Publicar un comentario