Perla —Odio los ricos, son
personas de adorno. Las cosas de adorno no cumplen ninguna función, están ahí,
quietas y al pedo. Creo que un gesto solidario sería romper los adornos. Un
rico sin adornos, deja de existir. Dejemos, dejémosnos de joder, que se mueran
por sí mismos, agarrándose un buen ébola en África del Sur, o muerte súbita,
súbitamente, una buena víbora. Tanto es el odio que despiertan mis instintos
más salvajes, a saber: asistir a misa y pedir a Dios que se los lleve al infierno.
Que en una fiesta de gala se desprendan las arañas vintage, sobre sus cabezas
huecas, optimización de recursos, molidas incrementan el calcio suficiente.
Algunos son pobres personas, que se jodan por ser pobres, siendo ricos.
Psi —Ud es rica, Perla, no debería odiarlos
tanto.
Perla —Gracias por avisarme
que soy rica, nunca me di cuenta que soy como esas mierdas.
Psi —De cualquier modo, Perla, para mí Ud es una
mierda.
Perla —¿Ud piensa que lo mío
tiene solución?
Psi —Creo que no, para nada. Dejamos acá, yo en
su lugar, me mataría, la espero el jueves.
Perla —Bueno, entonces no me
diga que me espera, le haré caso, pienso hacerme mierda. 
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