Necesitó el aire
contaminado, fumaba eso, viva el olor de las bocas de tormenta atascadas.
Necesitó leche
de madre hasta los dos años.
Necesitó una
madre que no conoció nunca, o a lo mejor sí, dos años tomó no sabe de qué
tetas.
Necesitó una moto
que anduvo, como la zanahoria para seguir viviendo.
Necesitó el árbol
de la vereda y lo plantó, creció lacio como un sauce, pero era un pino llorón.
Necesitó una
casa con una red para hamacarse al borde del mar de Bahía, con una preta que le
cocinara, le limpiara, linda, muy linda, con bunda de fora.
Necesitó muchos
hijos de la preta, que se llamaba Odisea y la primer hija se llamó Ilíada. Ella
quiso un varón, que se llamó Ulises.
Necesitó otra
preta. Ésta estaba todo el día ocupada con los hijos, hasta dormir como un
tronco. Él se sintió suprimido.
Dormir con un
tronco, lija.
Necesitó olvidar
sus pretas, prainhas y fillinhos.
Extrañó el aire
contaminado. Las bocas de tormenta malolientes y los grises. Necesitó Bs As.
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