viernes, 16 de junio de 2017

LINDO DÍA


   Paró un patrullero, bajaron dos militares de rango, porque tenían insignias colgando —¡Qué hacen Uds aquí! Según la disposición nro 1654860, no debe permanecer la gente en la vereda y mucho menos haciendo fila. Así que moviendo, se dispersan o emplearemos la fuerza bruta.
   El primer valiente —General, la calle es pública, esperamos que nos paguen ¿Por qué no podemos cobrar?
   Le siguió otro —Una de dos, o demolemos el banco o deshacemos el patrulla, con sus conductores y a Uds los hacemos paté de milico.
   Los tipos subieron al auto y se fueron a velocidad policial. El gordo Zabala, que los conocía a todos, dijo que eran una banda de chorros disfrazados. Estuvimos de acuerdo. Los viejos hablaban de sus enfermedades, que iban del hígado al corazón y luego todo un tema, el riñón donado que vencía.
   Un niño se revolcaba en las baldosas, dejaba el chupetín en la vereda, un perro le pasó la lengua. El niño acarició el perro y compartió su chupetín.
   La madre, recostada contra la pared, con un bebé recién nacido, con hambre. Abría la boca redonda y tensa. Ella peló una teta y la boca, más grande que la carita sopapeó sin largar. —Pichona, cambiá de pecho, te dormiste.
   La Madre despertó y pasó el bebé al otro lado. Los hombres, con respeto, no miraban. Volvieron los verdes, azulitos, amarillos y el agregado de último momento, recolectores.
   Llenaron dos micros de traslado e hicieron subir a los de la cola, la chica del bebé fue enjaretada de prepo, gritaba que tenía otro hijo en la vereda.
   Fue llevada para averiguación de antecedentes, acusada de desacato a la autoridad. Hicimos barreras humanas en ambos micros. Los hacinados salían como palomas asustadas. De pronto una manifestación de las pesadas, dieron vuelta los micros y los incendiaron. No entré a cobrar, mi capacidad de asombro colapsó, por cuatro chauchas que me pagan, mejor me voy.
   Afuera era una guerra, con humos, brasas, autos dados vuelta, semáforos quebrados. Sí, estoy plenamente seguro que me quiero ir,   
¿Pero cómo?   
                               

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