jueves, 8 de junio de 2017

POLONIA + 10 - ARGENTINA 0


   La última carta que recibí de Witold, decía “Por favor, no me escribas más”. Quedé absorto, hacía dos semanas que había vuelto a Polonia y ahora esta extraña misiva.
   Él vivió toda su carrera en Argentina, vivíamos juntos, Witold estudiaba castellano, lunfardo argentino y pronunciación de nuestra tierra, según provincias. Yo arañaba Letras, me gustaba leer suelto de manos. La Facultad condicionaba. —Vos flaco, no entendés, si aprender bajo ciertas normas te asegura obtener el título, después trabajás de payaso.
   Para Witold era un gran chiste, no paraba de reírse, le parecía gracioso. Yo, ni media sonrisa. Me acostumbré a su histrionismo y le acompañaba la risa. Él se adaptó a mi cinismo leyendo filósofos cinisistas. Tenía la cabeza abierta y hacía circular sus ideas. Tan culto que asco daba.
   Cuando nos despedimos me invitó a Polonia y nos dimos tantos besos, que según Witold 
—Vamos a detenernos aquí, porque parecemos dos putitos.
   Nunca hablamos de Política, considerábamos que era un acto alpedístico. La tercera misiva me plasmó “Yo te aviso” ¿Qué me tiene que avisar? ¿Qué puede haber pasado? ¿Cuándo me “avisa”?
   Hay algo, que no sé, Witold me pone nervioso.
   Me mandé a Polonia, aparecí en una casita de juguete, un lugar de nadie. Tenía veinte alumnos de Castellano.
   —¿Qué pasó, Witold?, fue un rompecabezas dramático.
   —Pensé que era el único modo en que vendrías, esperá que te traigo mi mejor alumno, ¿a ver Patrick? ¿Cómo se saluda un argentino?
   —Hola cagón boludo.
                                                          

No hay comentarios:

Publicar un comentario