viernes, 30 de junio de 2017

ALICATE


   Le dio el brote en 7 y 50, un mundo de gente y no paraba con insultar a todo el que pasara. —Argentos de mierda. Tanto que imitan Europa, ¿Por qué no hacen como los gallegos? “Una marcha de Indignados”.
   —¿Y vos? Sabés por qué no decís nada, porque sos la nro 2 del Ministerio de Salud. Nosotros pagamos y pagamos y pagamos, una deuda que dejó la estúpida anterior. El Príncipe Idiota, bien gracias. Tanto asco tiene la gente en su unineurona, que escupen en la calle.
                            ……………….

   —Violeta, escuchame alguna vez. Me echaron.
   —Y bueno, es así, están echando gente…
   No le digo que trabajo por horas, porque encima, no sé cómo va a reaccionar.
   Ah sí, desde acá el espejo me ayuda a contemplar al hombre moderno, en su dolor de parado. Acostado en el mejor sillón, mirando Tv cualquier cosa,  le da igual, perdió el control remoto.
   —…¡Violeta, tengo hambre de milanesa con huevos fritos! Dame dos días sabáticos.
   Y bueno, lo han humillado, es tan generoso que es capaz de haber cedido el trabajo a otro desgraciado. Él la miró con desconfianza.
   —¿Por qué vos no trabajás?
   Violeta estuvo a punto de emplear la trompada prohibida. Pero sí, era otro hombre, que fue su marido. Tan dulce que empalagaba, tan considerado, tan comprensivo. Y ahora esto, se brota en la calle, algún día le voy a cortar los brotes, no con un psicólogo, con el alicate.
                                                       

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