martes, 6 de junio de 2017

TRUMP ¡ANDATE YA!



   Torie debe ser antiarco. No emboca una ni que se la den servida. En el último partido lo echaron. Arrojó la camiseta, el pantalón, las zapatillas y medias, sus hinchas se abalanzaban sobre la ropa. Torie salió en bolas al centro de la cancha, ostentó su musculatura y gritó  —¡¡Putos!!
   Dio media vuelta y se fue.
   EEUU lo compró por monedas. Lo acompañó su entrenador personal, un deplorable entrenador, pero buena persona. Eso era lo interesante de Torie, elegía su entorno por la bondad, no por las estrellas. Recibió una copita de aluminio, con su nombre mal escrito “Campeón de Perdedores”.
   Su hinchada incondicional cantaba “¡¡Que ganen los perdedores!!”
   Trump, que siempre agarra para el lado más bestia de la vida, le pegó una trompada y lo insultó. Fue declarado visita ingrata. Trump en persona lo metió en un avión oxidado. En el Aeropuerto estaba Pitina, su novia —Qué suerte que te echaron de todos lados, podemos casarnos.
   Torie no recordaba a Pitina, le pidió —Dejámelo pensar unos días, ¿Cómo te llamás? ¿Pitita?, nos comunicamos por celu, esperá que llame yo.
   A Torie le pasó la ola por encima y volvió a pensar (él no era muy de pensar). Este es un paisito de mentira, te dan ganas de perder, yo perdía a propósito, nadie se dio cuenta, porque aquí nadie se da cuenta de nada. Los tupper son herméticos. Soy winner por decisión propia. Parto esta noche, Llamo a Pitina, para pitunear un rato, antes de irme. 
                                             

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