domingo, 21 de enero de 2018

LO QUE IMPORTA ES LA CANTIDAD


   El calor la arrastraba. Se detuvo una camioneta, alguien la tomó del brazo y Fátima se encontró en plena oscuridad, había aire acondicionado y por fin pudo respirar. Noche cerrada, alguien le exprimió el brazo y la arrojó en un baldío, Fátima pensó lo peor, cuando le quitaron las cintas de embalar, pidió: —Por favor caballeros, no me hagan boleta. Hoy me hicieron tres por mal estacionamiento. Otra por cruzar en rojo.
   Subí al micro sin sacar boleto. Allí le conté al Guarda, que tantas boletas, me dejaron sin un centavo. —Bueno, tiene el perdón si me regala el ánfora que lleva en su regazo.
   —¡¡No!!-Gritó Fátima-. Son las cenizas de mis Padres y voy a por un lugar santo para esparcir su contenido.
   Dijo el Guarda: —A mí me hace un favor, tengo las cenizas de mis Padres y sé que se pondrán contentos de descansar en su ánfora tan lujosa, son cuatro, hasta podrán jugar tenis de cuatro. ¿Me acompaña a la Terminal de viaje? Le agregamos.-Y sacó un sobre de nylon- Aquí están ellos, si me permite los trasvaso yo, temo que se pierda una pierna, una orejita, en fin Ud me entiende.
   El ánfora era de oro puro y hacía doscientos años que estaba en la flia de Fátima. —Mire, Señora, sabemos que no tiene un gomán, su ropa da lástima y su cara de sacrificio espanta, me llamo Omar, entrégueme el ánfora. Tengo un comprador posta. El dinero lo dividimos en tres y todos contentos.
   Fátima le hizo entrega, el tipo resultó buen tipo, hasta los acercó al centro. El Guarda la tomó del hombro, si ya eran familia.
   —¿Te diste cuenta, Fátima, que este tipo tan gaucho, no sabe dónde vivimos, cómo encontrarnos? ¿Y la entrega del dinero?
   —No te preocupes, ¿sabés la cantidad de ánforas de oro puro que heredé de mi flia? Si querés, largá ese laburo de mierda que tenés y te venís a vivir conmigo.
                                                         

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