miércoles, 29 de enero de 2020

¿CÓMO EMPIEZO?


   Tengo dos cuadernos sin empezar y tres biromes. Como se me ocurre nada, me voy a disfrazar de Señorita pulcra y en cuanto vea algún tipo de paso indeciso, me apuro y camino delante suyo. Hago que se caiga un pañuelito bordado que era de mi Mamá.
   Apareció un tipo a paso acelerado, agarró mi pañuelito ya embarrado, lo metió en una bolsa de nylon y lo colgó de su dedo índice.
   —Señor! Señor!, esa bolsa que tiene mi pañuelito embarrado, me pertenece.
   El tipo sonrió de costado para responder no sé qué. Le arrebaté la bolsa de nylon y seguí caminando como la mejor.
   Siento una mano en mi espalda, me di vuelta y lo insulté. Era un Policía, lo vi al tipo al costado, con esa sonrisa de cretino, balanceándose talón y punta.
   El Cana dijo: —Me va a tener que acompañar.
   Con indignación y a los gritos, le contesté: —Ese idiota que tiene atrás suyo, me robó mi pañuelito y lo puso en esta bolsa.
   El Cana abrió la bolsa y junto a mi pañuelo, había dos mil quinientos pesos.
   —Mire Usted, Señor Policía, esta persona.-Y lo señalé con el dedito acusador-. Me había robado esta bolsita, con la Jubilación de mi Madre, junto al pañuelito, yo me sé defender sola, por suerte lo recuperé.
   Abrí dos botones de mi blusa, porque me hicieron entrar en calor, no me di cuenta y se me vieron las tetas. El Policía pidió disculpas, arrastró el cretino al patrullero.
   Me quedé pensando qué mundo este, tener buenas tetas, es un arma eficiente, además me quedé con unos mangos y fui derecho a comprar dos cuadernos y tres biromes, siempre conviene tener material de repuesto.    

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