Cumplí
cincuenta, medio siglo. Haré de cuenta que nací hoy. Me voy a poner al día con
lo que no hice. Primero cirugías, planchado de cara, nariz respingona, boca
grande, pómulos, tetas, culo, ausencia de celulitis, pelo implantado, quedé
nunca taxi.
Luego me dediqué a Borges, ah! Qué tipo
aburrido. Volví a Mujercitas, Hombrecitos, me gustó mucho El Cazador Oculto,
amé a Salinger. Después me di cuenta que a los chicos no les interesa leer,
sino que seas fácil de avanzar, tenían pudor. Acercarse a un minón, es una
tarea complicada.
Por fin encontré
un tipo que había hecho votos de celibato, cuando me vio, renunció de
inmediato. Tengo debilidad por las cosas prohibidas. Nos metimos en un
confesionario y me dio como Pacheco a las tortas. Usó todos los agujeros de mi
cuerpo, hasta que me hizo sangrar, parecía Drácula, clavó sus caninos en mi
cuello y no paraba de chupar, se vio que él también necesitaba ponerse al día.
Luego seguí yo, metí mis dedos donde no era costumbre de mujer, llegué hasta su
esófago con mi lengua. Le pedí que me apretara las tetas, dolió, pero tomé
conciencia, que con mi nueva edad me volví sadomasoquista. Él, saturado, se fue.
Lo corrí y lo tomé de su sotana pedófila.
—Te olvidaste de
algo, debemos casarnos, perdí mi virginidad, con tu bestialidad y vos tu
celibato con mis exigencias. Quiero tener hijos, los que Dios mande. No
usaremos anticonceptivos. Vamos a morir juntos, en un final romántico, para un
amor que fue un incendio.

No hay comentarios:
Publicar un comentario