jueves, 23 de enero de 2020

DE NUEVO


   Cumplí cincuenta, medio siglo. Haré de cuenta que nací hoy. Me voy a poner al día con lo que no hice. Primero cirugías, planchado de cara, nariz respingona, boca grande, pómulos, tetas, culo, ausencia de celulitis, pelo implantado, quedé nunca taxi.
   Luego me dediqué a Borges, ah! Qué tipo aburrido. Volví a Mujercitas, Hombrecitos, me gustó mucho El Cazador Oculto, amé a Salinger. Después me di cuenta que a los chicos no les interesa leer, sino que seas fácil de avanzar, tenían pudor. Acercarse a un minón, es una tarea complicada.
   Por fin encontré un tipo que había hecho votos de celibato, cuando me vio, renunció de inmediato. Tengo debilidad por las cosas prohibidas. Nos metimos en un confesionario y me dio como Pacheco a las tortas. Usó todos los agujeros de mi cuerpo, hasta que me hizo sangrar, parecía Drácula, clavó sus caninos en mi cuello y no paraba de chupar, se vio que él también necesitaba ponerse al día. Luego seguí yo, metí mis dedos donde no era costumbre de mujer, llegué hasta su esófago con mi lengua. Le pedí que me apretara las tetas, dolió, pero tomé conciencia, que con mi nueva edad me volví sadomasoquista. Él, saturado, se fue. Lo corrí y lo tomé de su sotana pedófila.
   —Te olvidaste de algo, debemos casarnos, perdí mi virginidad, con tu bestialidad y vos tu celibato con mis exigencias. Quiero tener hijos, los que Dios mande. No usaremos anticonceptivos. Vamos a morir juntos, en un final romántico, para un amor que fue un incendio.

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