Yo le daba clases al Rolo. Estaba tan
atrasado que lo ayudé con diferentes métodos, pero el Rolo era duro de
entendederas y me cansé. Le presenté a mi hermana Mica y le pedí por favor que
le siga dando Clases. Era un chico muy humilde el Rolo, no tenía compu ni
celular. Y dormía en la misma habitación que sus Padres, separado por una
cortina de percal vieja. Mica acomodó sus horarios para poder verlo todos los
días. Le gustaba su aspecto bizarro, tan diferente a sus amigos cuyo único fin
era que Mica se acostara con alguno o con todos, desconocían su resistencia.
Cuando me di cuenta lo que pasaba le di el
mando a Mica para que lo preparara en todo lo que le faltaba. Ignoraba tantas
cosas, estudiaban juntos todos los días de 3 de la tarde a 12 de la noche. Eligieron
la bohardilla para que ningún ruido fuese una molestia. Comenzaron por cuatro
horas que era el límite de Rolo. A Mica la volvía loca y ocupaban ese tiempo en
darse piquitos, sólo de lejos, luego se fueron acercando y el último round lo
presencié yo. Cómo disfrutaban los dos hijos de puta, me enseñaron cosas que
fotografié en mi celu.
Les mandé las fotos a todos los chicos del Colegio,
quedaron convencidos que Mica los prepararía para los exámenes, tomó cinco
compañeros más, que no necesitaban ayuda, lo sabían todo. Les cortaba la Clase
a la media hora. Después huía a la bohardilla, donde la esperaba el Rolo
impaciente. El día que le pregunté qué pasaba entre el Rolo y ella me contestó:
─¿Y a vos qué te importa?
─Sí, me importa, porque sos mi hermana y te
quiero aunque no te quiera. Hacés quedar mal a toda la familia, tenés que se
prudente.
Me dijo:
─Soy prudente, uso profilácticos, tomo
pastillas y hago los exámenes pertinentes del Diu, una vez por año.

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